¿Qué es un Pato Cojo?
- Pablo Díaz Gayoso
- 28 feb
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 5 mar

La idea de un pato cojeando no es la mejor traducción posible para el concepto original de "lame duck" (pato lamentable o vergonzoso sería más literal), pero es la que se acuñó en español para el fenómeno. Un "lame duck" hace referencia a los presidentes de EE. UU. que, o bien se encuentran al final de su segundo mandato, o han perdido la reelección y se encuentran en un periodo de transición política donde ya han perdido toda relevancia. Obama se describió como tal en enero de 2017, ya que decía, en tono jocoso, que tenía claro que era un pato cojo, ya que nadie le hacía caso cuando daba órdenes. En esos meses donde su salida ya tiene fecha y no puede tomar grandes decisiones, su función queda relegada a poco más que un pasajero que espera la llegada del tren de su partida
Sin embargo, en los últimos años hemos visto cómo presidentes como Obama o Trump, en su momento de "pato cojo", han aprovechado para ejercer el poco poder que les quedaba. Obama, a menos de un mes de la transición de poder a la administración Trump, votó por la abstención en el Consejo de Seguridad de la ONU en una resolución que condenaba a Israel por la construcción de asentamientos colonos en la Palestina ocupada. Esta fue la primera vez que el Consejo de Seguridad en pleno condena a Israel por saltarse la legislación internacional. Eso ocurrió porque Obama se encontraba en una posición de fuerza, ya que no optaba a ningún cargo político y no podía sufrir penalización por parte de los donantes ni de los votantes.
El caso de Trump es bien distinto, ya que, como la mayoría recuerda, el actual presidente buscó revertir por todos los medios los resultados electorales que le daban como perdedor. Movió cielo, tierra y subsuelo para deslegitimar a su contrincante mediante acusaciones falsas de fraude electoral. Todo este proceso, que es del todo impropio de un candidato y un partido democrático, culminó con el Asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, con el fin de parar la certificación del resultado electoral por parte de las Cámaras legislativas. Este intento de golpe de estado se cobró 5 vidas, cientos de heridos y una imagen de debilidad democrática retransmitida en directo en todo el mundo.
Este fenómeno no es exclusivo de los Estados Unidos, ya que recientemente hemos conocido que Recep Tayyip Erdoğan anunció que las próximas elecciones municipales a finales de marzo en Turquía serán las últimas en las que participará. El recién reelegido mandatario lleva más de 20 años en el poder (primero como primer ministro y más tarde como presidente) y ha sido el líder turco más importante desde Kemal Atatürk. Sin lugar a dudas, ha cambiado Turquía para las próximas décadas. Entre sus méritos está la normalización de los gobiernos islamistas en uno de los países más laicos del mundo. Asimismo, cambió el régimen político de un sistema parlamentario a uno presidencialista, resistió un golpe de estado militar (actor históricamente acostumbrado a intervenir en política), abandonó las pretensiones europeístas frente a un abierto autoritarismo y una deriva conservadora con tintes neo-otomanitas de intervenciones militares en Siria y Libia, brindando apoyo a otros pueblos túrquicos como Azerbaiyán en su conflicto con Armenia. En la actualidad, y salvo renuncia al cargo, se enfrenta a 5 años de presidencia donde probablemente designará a un sucesor e irá dejando todo bien atado para la continuidad de sus medidas.
En conclusión, el "pato cojo" explica un fenómeno político que ocurre en todos los países donde existe ese periodo de transición en el que el poder formal lo ostenta un político, pero por un tiempo tan limitado que nadie le hace demasiado caso. No se trata de un vacío de poder como puede ocurrir en una guerra, golpe de estado o revolución que pone en riesgo la continuidad de un estado; simplemente es un momento donde al que manda casi que solo le hacen caso para abrirle la puerta de salida.
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