La Orden 66 y el fin de la democracia
- Marc Llinares Codina
- 5 mar
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 7 mar
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana, hubo un senador que observó con detenimiento un pequeño planeta azul en la Vía Láctea, un planeta hermoso pero en constante estado de conflicto.
Se teoriza que los humanos primitivos empezaron a utilizar discursos rudimentarios hace entre 50.000 y 10.000 años. Por su parte, la escritura surgió en el siglo IV AC. Durante todos estos siglos y milenios ha habido una palabra, un concepto y un hecho que han caracterizado a la humanidad. La guerra.

Desde la guerra entre las ciudades sumerias de Lagash y Umma hace 4.500 años (que duró más de un siglo) hasta la guerra en Ucrania o Palestina la humanidad ha conocido muy poco el concepto de paz. En algún rincón del planeta Tierra había siempre algún conflicto.
Pero, ¿qué relación guarda nuestro pequeño planeta con la epopeya espacial de Star Wars y las tácticas militares y políticas del senador y luego emperador Palpatine? La trilogía original de Star Wars está inspirada en la guerra de Vietnam, un conflicto en el que el pequeño venció al grande y es precisamente ésto de lo que vamos a hablar, de la desigualdad bélica y cómo hacerle frente. Cómo acabar con tu enemigo incluso sin enfrentarte a él.
Nos referimos, como no, a la guerra asimétrica. Pero, ¿qué es exactamente la guerra asimétrica y qué relación guarda con Star Wars?
Éste concepto apareció por primera vez en el “Report of Quadrennial Defense Review” en mayo de 1997 firmado por el entonces secretario de estado de defensa William S. Cohen, desde entonces siempre se ha hecho referencia a éste concepto. En este mismo informe se afirma que “The threat of global war has receded and our core values of representative democracy and market economics are embraced in many parts of the world, creating new opportunities to promote peace, prosperity and enhanced cooperation among nations”. Como pueden ver hay ciertas palabras resaltadas en la cita, ésto no lo hemos hecho por capricho sino por la trascendencia de las mismas. En estas tres líneas Cohen sintetiza la doctrina estadounidense hasta la llegada de Trump:

Vemos pues en la cooperación y en los valores los dos grandes pilares para la paz. Esto es de gran importancia para entender el fondo de este artículo. También es importante resaltar del informe la dificultad del control de la información sensible como uno de los grandes desafíos de los años venideros.
En sí la guerra asimétrica es un conflicto, por lo general armado y no convencional, en el que existen grandes diferencias cualitativas y/o cuantitativas entre las facciones enfrentadas. En estos conflictos se buscaría, entre otras cosas, minimizar las capacidades militares del enemigo o aprovechar sus vulnerabilidades.
Ésta asimetría es diferente en cada conflicto y la forma de hacerle frente se adapta a las capacidades de aquel en desventaja así como al contexto o los objetivos. Algunos ejemplos serían las guerras comerciales, los ciberataques y el espionaje industrial o incluso el terrorismo.
No obstante en éste artículo no venimos a hablar de ninguna de estas cuestiones, sino de la guerra asimétrica por los valores, el sistema y, finalmente, el mundo.
Occidente dio por sentada la democracia y en un parpadeo ésta empezó a morir. En las últimas décadas el apoyo a la democracia en occidente ha caído y la idea de que éste era el mejor sistema para una economía próspera ha desaparecido. Ésto sumado al cambio generacional, a las crisis económicas y la más que evidente incapacidad del sistema de dar respuesta a las necesidades de su población han llevado a la ruptura entre gobierno y gobernados, a la ruptura del sistema y, en definitiva, a la ruptura del pacto social.

Evidentemente la gran parte de la población sigue prefiriendo la democracia, pero cada vez son más comunes noticias como las siguientes; “Un 26% de los jóvenes varones prefiere “en algunas circunstancias” el autoritarismo a la democracia” (El País, 2/09/2024); “La mayoría de los españoles cree que la democracia se está deteriorando y su apoyo cae entre las generaciones más jóvenes” (La Ser, 02/09/2024).
Y es aquí precisamente donde nuestra historia avanza de la mano de Star Wars.
Al igual que los autoritarismos de nuestro mundo no podían derrotar las democracias occidentales en un enfrentamiento directo, el senador Palpatine no podría derrotar a la Orden Jedi él solo. Y al igual que los autoritarismos de nuestro mundo el senador Palpatine decidió que la mejor forma de acabar con su enemigo era destruyendo sus valores y convertir a su antiguo rival en un reflejo de sí mismo.
La guerra entre la República Galáctica y los Separatistas entraña una lucha por los valores, por el sistema y la forma de cooperación entre planetas. Star Wars refleja como la lucha por la cooperación y más importante aún, por los valores, es más importante que cualquier enclave territorial. ¿Quién hubiese discutido la democracia cuando todas las potencias mundiales querían ser vistas como tales? ¿Quién hubiese discutido la bondad de los Jedi en tiempos de paz? ¿Quién podría estar en contra de los guardianes de la paz? Solo quién los viese vestidos con armaduras de combate luchando codo con codo con soldados en ciudades y casas derruidas. No es necesario que sea su culpa, solo que estén en la foto.
La primera de las democracias modernas, EEUU, se está convirtiendo poco a poco en aquello que una vez ayudó a combatir. Recientemente JD Vance, el vicepresidente de los EEUU, ha declarado que ni Rusia ni China son las grandes amenazas para los Estados Unidos, sino que es Europa y el “retroceso en valores”. Y en relación con la guerra en Ucrania los interlocutores válidos para los Estados Unidos de Trump ya no son la propia Ucrania ni la Unión Europea, sino Rusia y ellos mismos. Cooperación y valores.

Hace 20 años Estados Unidos abanderaba la cooperación internacional, hoy cierran la USAID. Hace 20 años era impensable para la mayoría la vuelta de los autoritarismos, hoy los partidos de la extrema derecha ganan cada vez más peso. Hace 20 años la democracia era el gran sistema al que aspirar, hoy es, para muchos, el sistema opresor. Cooperación y valores.
Borrell afirmó que quién no está en la mesa es parte del menú y desde aquí preguntamos, ¿con quién te sentarías a comer o cenar? Efectivamente, todo se reduce a dos cosas. Cooperación y valores.
Al igual que el senador Palpatine logró quebrar los valores Jedi hasta asestar el golpe de gracia con la Orden 66, el autoritarismo ha logrado quebrar los valores democráticos occidentales. ¿Será el Proyecto 2025 la Orden 66 de nuestro mundo?
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