La diplomacia del Lobo Guerrero
- Pablo Díaz Gayoso
- 1 mar
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 5 mar

La República Popular China bajo el liderazgo de Xi Jinping ha abandonado la tradicional cautela en materia de política exterior a cambio de una postura más asertiva. La política que ha seguido China hasta la llegada de Xi al poder estuvo marcada por unas relaciones diplomáticas sujetas a mantener un perfil bajo y pacífico basado en la cooperación y el no intervencionismo. El gigante asiático supo sobrevivir a la competición entre grandes potencias de la Guerra Fría manteniendo un no alineamiento claro entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Deng Xiaoping priorizó el desarrollo interno de China frente a una política exterior agresiva. Bajo el principio de "oculta tus fuerzas, gana tiempo", la República Popular pasó de ser un país superpoblado y extremadamente pobre a una superpotencia en menos de 40 años. Este logro no tiene precedentes ya que la elevación a gran potencia tradicionalmente ha venido de la mano de la ampliación territorial, ya sea el imperialismo europeo, el expansionismo de las 13 colonias americanas al oeste o la red de estados satélites de la URSS. China no ha necesitado de ir a buscar los recursos fuera si no que ha conseguido que los recursos vayan a ella.
Los principios que guiaban la política exterior China antes de adoptar la diplomacia del "Lobo Guerrero" eran tres. El primero era el de no-interferencia en los asuntos internos de los potenciales socios. Este enfoque le ha permitido forjar alianzas con regímenes de todo tipo y de ideologías diversas. China puede llegar acuerdos con la Hungría de Orbán, la Sri Lanka de los Rajapaksa o con la Irán de los Ayatolás. El segundo principio era el de la búsqueda del beneficio y el respeto mútuo. Este principio sigue la estela del primero y les ha permitido acercarse con buenos resultados a los países del denominado Sur Global. La Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda fue muy bien acogida en países africanos, los cuales están cansados del paternalismo europeo. El tercer principio era el del desarrollo pacífico por el cual el uso de las capacidades militares ha estado muy limitado hasta la fecha. Estos fundamentos hicieron que China fuera vista como un socio fiable, estable y comprometido con la estabilidad global. Se construyó como una gran potencia sin necesidad de mandar tanques, bombardear capitales extranjeras o amenazar con el uso del arma atómica a sus rivales si no siguen su criterio. Sin embargo, gradualmente, China ha ido tornando la diplomacia hacia posturas más agresivas y de poder duro.
La llegada al poder de Xi Jinping es sin duda uno de los factores más determinantes. El proceso de consolidación del poder de Xi dentro del Partido Comunista de China (PCCh) ha tenido un efecto directo en cómo el gigante asiático se ha mostrado al exterior. La idea de que China es un país fuerte, unificado y con un lugar esencial en el mundo se ha consolidado bajo el liderazgo nacionalista de Xi. El control del Mar del Sur de China mediante la imposición, la guerra comercial con EEUU, así como la erradicación del "un país, dos sistemas" en Hong Kong han sido tres de los ejemplos más ilustrativos del nuevo cariz de la China de Xi.
La diplomacia del "Lobo Guerrero" hace referencia a una serie de películas muy popular de acción bélica china iniciada en 2015 donde un grupo de élite del EPL es entrenado en tácticas de combate extranjeras para luchar contra las amenazas externas. Por esa razón se usó como nombre de "Lobo Guerrero" para definir un giro más agresivo a la política exterior china. El primer cambio que introduce en este nuevo tipo de diplomacia es el cambio en la retórica comunicativa. En la actualidad los diplomáticos y representantes políticos hacen uso de un lenguaje más agresivo, combativo y nacionalista. Los mensajes no solo van dirigidos hacia los representantes políticos de otros estados, si no que han ampliado la audiencia a los periodistas y académicos. El uso de las redes sociales se ha incrementado, siendo un canal de comunicación donde se premia el lenguaje agresivo y polarizador. El segundo cambio ha sido con respecto a las demandas territoriales. No solo en el conflicto antes mencionado en el Mar del Sur de China y la polémica "línea de los 9 puntos" si no que también respecto a Taiwan. La visita que hizo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en 2022 fue respondida con maniobras militares conjuntas del Ejército Popular de Liberación en el estrecho de Taiwan. Así mismo el aumento de las crisis fronterizas con India en el Himalaya. La frontera entre ambos gigantes se encuentra cada vez más caliente, con "incidentes" que provocan víctimas mortales y que rara vez son aclarados.
Otro de los ámbitos donde China se ha mostrado más asertiva ha sido el económico. Las amenazas y boicots a los países que mantienen relaciones con Taiwan es un ejemplo. La última crisis la desató contra Lituania en 2021, cuando el país báltico aceptó una oficina de representación taiwanesa en Vilna. Este hecho no es más que el último desencuentro que el país báltico ha tenido con China ya que en 2020 se posicionó abiertamente en contra de la Ley de Seguridad Nacional que de facto acababa con la autonomía política de Hong Kong, así como en el mismo 2021, cuando se aprobó una resolución contra la persecución de los Uigures. Por eso, cuando Lituania anunció que la nueva oficina llevaría el nombre de Taiwán, en vez de China-Taipéi, que es el nombre que comúnmente otros países usan para evitar conflictos con China, Pekín comenzó a presionar. La consecuencia más inmediata fue la eliminación de Lituania del permiso de aduanas. Los trenes que hacían conexión Lituania-China eran retenidos en la frontera. Más tarde se bloquearon las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países. Ante la firmeza del país báltico por no cambiar de política, China advirtió a las empresas multinacionales de no invertir e incluso de dejar de abastecer al país. Esta crisis se empezó a apaciguar con la implicación de la UE en la ecuación y la búsqueda de un reacercamiento diplomático a finales de 2023.
La adopción de una diplomacia más asertiva por parte de China es un giro de que era inevitable. El auge de China como superpotencia marcó el final del momento unipolar estadounidense. La adopción del lenguaje del poder, de la imposición de criterio, ocurre cuando la alternativa se vislumbra menos beneficiosa. China ha crecido tanto que se ha convertido en un actor inevitable para todo el mundo. Al igual que su contraparte estadounidense, China tiene un proyecto de alcance mundial capaz de mantener relaciones con todos los continentes. Su rol como "fábrica del mundo" la ha colocado como la potencia más beneficiada de la globalización, como un elemento esencial en la cadena de suministro mundial. La pandemia del Covid-19 hizo evidente la fortaleza del gigante asiático y la dependencia para mantener los servicios básicos funcionando. Si pudimos estar encerrados en casa y doblegar al virus durante meses fue gracias a que China siguió productiva, de lo contrario, el colapso hubiese sido bastante más pronunciado. China tomó nota y está haciendo valer su poder, al igual que hizo EEUU tras la Segunda Guerra Mundial.
Muy interesante!
¿Los problemas con la India tienen alguna vinculación con el Tibet?
Hace tiempo de que no aparecen noticias sobre el Tibet ¿Esta politica del Lobo Guerrero implicará mayor dureza del gobierno chino también en este tema?