top of page

Etiopía (II): Los tambores de guerra resuenan

El mundo cada vez es más inestable y cada año que pasa los conflictos armados son cada vez más frecuentes y cada vez más cruentos. La guerra civil en Myanmar (2021-presente) y en Sudán (2023-presente), la guerra en Ucrania (2022-presente), la guerra en Gaza (2023-presente), el conflicto entre República Democrática del Congo y el M23, proxy de Ruanda (2022-presente) o la guerra civil en Etiopía (2020-2022) son algunos de los conflictos más destacados que han estallado en los últimos 5 años. De esa larga lista, la suma de muertos estimados superan los dos millones y más de dos decenas de millones los desplazados. De esos conflictos es el que estrenó la década el que en la actualidad tiene más posibilidades de resurgir.


Como hemos visto en la primera parte, Etiopía (I): El fracaso del federalismo étnico, las relaciones entre Etiopía y Eritrea, y también dentro de la propia Etiopía, han estado más marcadas por el conflicto que por la cooperación. A raíz de disputas fronterizas con la región etíope de Tigray, se desencadenó una guerra entre 1998 y 2000 contra el gobierno de Etiopía liderado por el Frente de Liberación Popular de Tigray o TPLF. El conflicto entre ambos estados se alargó más allá de esa guerra debido, primero, a un establecimiento no satisfactorio de las fronteras eritreo-tigriñas y segundo, a las dificultades que tenía Etiopía para poder tener una salida al mar Rojo. La independencia de Eritrea provocó que Etiopía tuviera problemas para comerciar con el exterior. En ese contexto, el gobierno de Addis Abeba ha ido buscando alianzas regionales con Yibuti y Somalilandia para lograr esa tan ansiada salida estable al mar.


Resumen de la guerra civil en Etiopía (2020-2022)


La guerra en Etiopía que comenzó en 2020 fue combatida principalmente entre el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) y el gobierno federal liderado por el primer ministro Abiy Ahmed. El casus belli fue el reiterado retraso de las elecciones federales a causa de la pandemia del coronavirus y la consecuente extensión del mandato de Ahmed al frente del ejecutivo. Estos eventos exacerbaron las tensiones étnicas, sobre todo con el TPLF, partido/milicia representante de la región de Tigray, que gobernó el país desde 1991 hasta 2018. La respuesta del TPLF a la orden federal de posponer las elecciones fue convocar elecciones locales en Tigray. El resultado de estas fue la consolidación del TPLF como partido hegemónico de la región en septiembre de 2020. Más tarde, en noviembre, Ahmed acusó a tropas tigrinas de atacar posiciones del ejército federal etíope en una base en Mekele (capital de Tigray), lo que usó como justificación para intervenir militarmente en la región y dar comienzo a la guerra civil.


Durante los dos años que duró el conflicto, la guerra escaló al ámbito regional cuando Ahmed pactó la implicación militar de Eritrea, enemigo histórico del TPLF, en la contienda. Colaboración que fue oficialmente negada por el gobierno federal durante varios meses. La internacionalización del conflicto y la brutalidad del mismo llamaron la atención de ONG en defensa de los derechos humanos y de prevención del genocidio por los indicios de limpieza étnica a principios de 2021.


El Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF) en 2022
El Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF) en 2022

En el verano de 2021 se celebraron las tan polémicas elecciones federales y esta vez fue el TPLF quien las boicoteó. Ahmed ganó por una mayoría aplastante entre acusaciones de opacidad electoral. Mientras tanto, la guerra se extendió a las regiones de Amhara (enemigos tradicionales de los tigrinos) y Afar, llegando casi a las puertas de Addis Ababa en noviembre de 2021. Esta sorprendente avanzada relámpago por el bando tigrino fue facilitada por su alianza con el Frente de Liberación Oromo (OLF) y su rama militar, el Ejército de Liberación Oromo (OLA) (los oromos, la etnia más pobre y numerosa del país). El OLF-OLA estaba en una situación de alto el fuego con el gobierno federal desde 2018 pero retomó las armas ante el vacío de poder que el conflicto en el norte dejó y acabaron aliándose con las fuerzas de Tigray.


Finalmente, tras varios intentos de establecer un alto el fuego, en noviembre de 2022 se negoció en Pretoria, Sudáfrica un cese de hostilidades. Este conflicto, que se ha condensado en apenas tres párrafos, ha sido una de las mayores catástrofes humanitarias de lo que va de siglo. Más de cinco millones de desplazados internos, cientos de miles de muertos y las carencias propias de los conflictos bélicos como el hambre, la falta de servicios básicos, etc.


El eco de los tambores


La firma en Pretoria no pacificó totalmente el país ya que desde entonces el conflicto ha seguido con menor intensidad. Focos de conflicto estallaron en la región Amhara cunado miembros amharas atacaron a miembros oromos en venganza por la implicación del OLF-OLA en el anterior conflicto. La violencia interétnica entre amharas y oromos ocupó gran parte de 2023.

Getachew Reda, Jefe de la Administración Provisional de Tigray (TIA), insta a la intervención del Gobierno Federal para restablecer el orden
Getachew Reda, Jefe de la Administración Provisional de Tigray (TIA), insta a la intervención del Gobierno Federal para restablecer el orden

Respecto a la tensa paz en Tigray, el 11 de marzo de 2025 fuerzas vinculadas al TPLF lanzaron ataques contra la Administración Interina de Tigray o TIA. La TIA, con Getachew Reda, antiguo jefe adjunto del TPLF a la cabeza. La TIA fue nombrada por el primer ministro Ahmed al calor de los acuerdos de Pretoria para gestionar de forma apartidista provisionalmente la región de Tigray en mayo 2023. Desde su constitución, la TIA y el TPLF han estado luchando por la legitimidad para gobernar la región. Por un lado el TPLF acusa a Reda de ser un títere corrupto de Ahmed mientras que la TIA teme un golpe de estado por parte de la milicia. Las tensiones subieron considerablemente cuando la junta electoral de Etiopía denegó la petición del TPLF de ser restituido plenamente como partido político en agosto de 2024. En enero de 2025 más de 200 oficiales de la TIA desertaron hacia el TPLF mientras pedían el fin del gobierno interino. La respuesta que ha dado Ahmed a esta situación ha sido la de extender el mandato del TIA a la vez que promete una remodelación del mismo para intentar apaciguar las tensiones.


Esta situación que se encuentra en plena escalada de tensiones puede ser aprovechada por Eritrea en un intento de desestabilizar internamente a su rival histórico. A su vez, como veremos en Etiopía (III): La prisión geográfica de una potencia insatisfecha Etiopía tampoco vería con malos ojos un posible conflicto armado con Eritrea con visos a conquistar su tan ansiada salida al mar Rojo.

Commenti

Valutazione 0 stelle su 5.
Non ci sono ancora valutazioni

Aggiungi una valutazione

Historias del día

Síguenos en redes sociales:

  • TikTok
  • Instagram
  • Linkedin
  • Bluesky_Logo.svg

© 2035 por La jornada global. Desarrollado y protegido por Wix

Haz una donación ahora

Ayúdanos a marcar la diferencia

¡Gracias por tu donación!

bottom of page