El Congreso Nacional Africano se tambalea
- Pablo Díaz Gayoso
- 3 mar
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 24 mar
Para tener un poco más de perspectiva a lo que ha ocurrido este 2024 en Sudáfrica hay que dar unos cuantos pasos atrás en la historia. Un 8 de enero de 1912 fue fundado el Congreso Nacional Nativo de Sudáfrica, se llamaba así porque como es conocido la historia del país está fuertemente marcada por la división racial y el principal objetivo del partido era conseguir el derecho al voto de la población negra en uno de los países más racistas del mundo. El partido, que en 1923 cambió el nombre al actual Congreso Nacional Africano o CNA, pasó 72 años en la clandestinidad por su lucha contra el régimen de apartheid. La historia de la lucha contra el racismo sistémico es conocida y más aún por la figura del líder de la resistencia, Nelson Mandela. Por esa razón es importante señalar que la posición de hegemonía política que ha disfrutado el CNA se explica en la larga lucha por la soberanía del 90% de la población del país, tradicionalmente castigada por la minoría blanca.

El final del apartheid en la década de los años 90 significó un cambio radical en el sistema político. El sufragio pasó de 3 millones de ciudadanos con derecho a voto en las elecciones de 1989 a 22 millones en las de 1994. La legalización del ANC en 1990 se tradujo en una supermayoría en el 94 con la obtención de 3 de cada 4 escaños de la Asamblea Nacional. Con el paso de las décadas el CNA consiguió mantener una mayoría holgada con 10 millones de votos en su suelo electoral que se mantuvo incluso tras la muerte del carismático Mandela. Sin embargo en las últimas elecciones la CNA ha perdido su mayoría parlamentaria.
Las elecciones celebradas en mayo de 2024 establecieron la Asamblea Nacional más fragmentada en la historia de la era post-apartheid. El CNA sacó 159 de 400 escaños, seguido de la liberal Alianza Democrática (AD) con 87 y Lanza de la Nación (MK) con 58, Luchadores por la Libertad Económica (EFF) con 39 y Partido de la Libertad Inkatha (IFP) con 17; seguido de 13 partidos minoritarios.
El principal disruptor en estas elecciones ha sido Lanza de la Nación (MK), que es un partido fundado en diciembre de 2023 por el expresidente Jacob Zuma (2009-2018). El partido fue nombrado en honor al ala paramilitar del CNA, uMkhonto weSizwe en zulú. Zuma había roto con su sucesor al mando del CNA, el presidente Cyril Ramaphosa y formó el partido MK. Esta escisión del CNA es de corte populista antinmigración, social conservador y aboga por la expropiación forzosa de las tierras en manos de los blancos sin compensación. Zuma fue condenado a 15 meses de prisión e inhabilitación por desacato judicial al negarse a comparecer en la Comisión Zondo que investigaba la corrupción bajo su gobierno. Su arresto en julio de 2021 provocó el mayor estallido de protestas en la historia reciente del país. El resultado fueron 354 muertos y más de 5.500 detenidos, así como decenas de comercios quemados y saqueados.

La "derrota" electoral del CNA se debe a varios factores. Las cifras de delincuencia han aumentado exponencialmente desde la crisis del COVID-19, al punto de ser el país africano con mayor nivel de delincuencia intencionada con fecha de 2022. Durante los últimos 3 meses de 2023, alrededor de 85 personas fueron asesinadas en Sudáfrica cada día; y anualmente entre 800 a 900 menores son asesinados. De igual manera los votantes han castigado a la CNA por la corrupción, ocupando el puesto nº 83 de 180 según el Índice de Percepción de la Corrupción empatando con Kosovo o Vietnam. A su vez se añade la crisis en el suministro de servicios básicos como el agua o a luz. Esta situación límite ha provocado que el CNA haya perdido más de 3 millones y medio de votantes y haya tenido que pactar un gobierno de coalición.
La coalición gobernante está formada por el CNA, AD, EFF, además de otros partidos minoritarios y cuenta con un respaldo amplio en la Asamblea Nacional con 287 de 400 escaños. La oposición al gobierno está encabezada por el inhabilitado Jacob Zuma y su partido, el MK. Así que el país más rico del continente africano se encuentra en un momento de transición en su sistema de partidos políticos donde ha primado el pacto al enfrentamiento. La formación de gobiernos de unidad nacional no es novedoso para la política sudafricana. Con el fin del apartheid se formó uno liderado por Nelson Mandela y el Partido Nacional, el hegemónico de la era previa. En un momento de grave crisis la formación de un gobierno de unidad nacional puede ayudar a no crear problemas a corto o medio plazo, pero la unión de partidos ideológicamente opuestos en un mismo ejecutivo son un arma de doble filo. El ejemplo de Túnez nos demuestra que un gobierno de unidad nacional puede degenerar en una situación de galopante desafección en el votante que sufre una crisis de falta de representación. Otro de los casos recientes lo encontramos el del gobierno de Mario Draghi en Italia (2021-2022), el cual provocó que Fratelli D´Italia de corte post-fascista fuera la única fuerza de oposición y llegase al gobierno.
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